El amor con gusto amargo

Hablamos de enamoramiento, una atracción de un segundo, con una amistad de algunos meses, capaz años. Y con solo una palabra es capaz de romper ese ciclo y llevarlo a otra etapa, una etapa llena de ilusiones con besos, abrazos y lagrimas.

El gusto de un beso, es algo que te embriaga hasta el punto de no pensar nada mas de seguir ahí, hasta que el mundo se acabe. Mientras la persona que te sostiene en sus brazos, mantiene su cuerpo junto al suyo y los besos que antes eran algo tímidos, se transforman en algo mas fuerte. Algo que poco a poco se vuelve una necesidad.

Las palabras algunas veces en aquel sentido vemos que no son necesarias, porque ves su sonrisa y todo aquellas dudas que sientes en tu corazón desaparecen solo al sonreirte, porque sientes en sus ojos que sos importante y que nadie mas ocupara ese lugar mas que tú.

Pero al decir adiós o mas cuando los días pasan y solo reciben mensajes de su persona, aquellas dudas que esperan pacientes para hacer su presencia, lo hacen. Aquellas dudas que quebrantan, te ahogan y desean que aquella persona sienta aquello que tu también sientes. Ese deseo de verlo, ese deseo de no separarse de él.

Algunas personas necesitan que le digan a cada segundo que le quieren, porque son inseguras y esta bien. La gente necesita amor y eso es bueno, lo que no es bueno es que la persona que hablo primero, sea la primera en retirarse. Sea la primera en decir adiós.


Pero que hacer cuando aquel amor que llego de la nada, se va en un segundo... ¿Que hacer cuando aquel amor se transforma de dulce chocolate a un amargo limón?

Llorar, enloquecer, ignorar y vivir.

Porque no queda otra que llorar por aquella persona hasta que nuestro pecho se ahogué y sintamos nuestro cuerpo quemarse por dentro. Porque el viaje de aquella persona que dice amarnos, va hacia un camino que no estamos invitadas. Aquel automóvil es para uno y nosotros debemos quedarnos atrás mirando su espalda alejarse de nosotros.

Por ahora solo cerremos los ojos, ignoremos y vivamos, sufriendo y enloqueciendo, pero viviendo al fin y al cabo. Alguien también le romperá el corazón como lo ha hecho con nosotros.

Callar algunas veces no es bueno, hablar algunas veces tampoco lo es, pero en cuestiones del amor. Solo deseo que aquellos sentimientos hacia mi, desean verdad y no solo otra ilusión del destino y del tiempo mientras juegan con mi vida.

Porque si es así, este solo será otro raun, pero no el último.